Todo comienza el día antes con la preparación de la bolsa, es
algo de vital importancia puesto que no se nos puede olvidar nada que luego lo
tengamos que lamentar, aunque si algo se nos olvidara siempre entre alguno de
nosotros lo tendremos, metemos lo
necesario para ducharnos aunque en este caso no nos hizo falta porque duchas no
había, la equipación, imperdibles, vaselina, esparadrapo y todo lo que cada uno
pueda necesitar para correr cualquier prueba.
Esa noche antes de la maratón, cada uno descansamos como
pudimos o mejor dicho como los nervios y la incertidumbre nos dejaron, quedamos
a las 6:00 de la mañana para ir con tiempo y sin prisas, hacer el viaje tranquilo
y una vez en Madrid aparcamos en Neptuno y lo de siempre, hay que liberar
tensiones y peso de la tripa ya me entendéis, vamos que urgentemente hay que
buscar un ponedero a la mayor urgencia, quedamos con Quique para que nos diera
los dorsales, en ese momento nos fuimos hacia los coches y como si un ritual se
tratase nos pusimos manos a la obra para prepararnos de cara a la carrera.
En este preciso momento empieza algo vital para el buen
transcurso de la prueba, colocación del dorsal, vaselina en las zonas con mayor
roce, colocarse bien los calcetines para evitar en lo posible rozaduras,
tiritas en la nariz, un sin fin de cosas que cada uno ya sabe como se tiene que
preparar de cara a la carrera.
Una vez ya preparados nos fuimos acercando a los “corrales de
salida”, allí nos encontramos con Ricardo, Salva y Chamosco, como no podía ser de otra forma
foto oficial para el recuerdo y ya a esperar al pistoletazo de salida.
La suerte ya estaba echada y en el momento que nos dieron la
salida, pues a correr que al fin y al cabo es a lo que hemos venido a la
capital de España.
Cada uno de nosotros ya hizo su carrera como pudo disfrutando
del gran número de grupos de rock que había durante todo el recorrido, La
Puerta del Sol, La Puerta de Alcalá…………. mírala, mírala, el Palacio Real, el
Santiago Bernabéu y un gran número de lugares madrileños por los que pasamos,
en ciertos sitios puntuales de la capital había un montón de espectadores animando
y aplaudiendo sin parar a todos los corredores y haciéndonos unos pasillos tan
estrechos que se nos ponían los pelos de punta y la carne de gallina, si te descuidabas un poco te daban con las manos al aplaudir , algo que
sólo se puede describir si se ha participado en alguna prueba prueba de esta envergadura.
Cuando ya íbamos llegando, fuimos recogiendo lo que nos
daban, una gran medalla, fruta, bebidas isotónicas, barritas de cereales, zumos,…….. en ese
preciso momento había que pensar en una sola cosa, “recuperarse”, sobre todo
mediante líquidos para la deshidratación, teníamos que ir hacia los coches, allí nos
felicitamos nos cambiamos de ropa y con la medalla que nos dieron al entrar,
nos hicimos otra fotografía para el recuerdo.
De vuelta a casa paramos en un área de servicio, sacamos las
viandas que llevábamos para la ocasión y a
recuperar fuerzas.
Después de haber recogido todo (por lo menos que no nos llamen gorrinos), tuve el privilegio de
nombrar “MARATONIANOS” a: Javi, Ángel y a Alberto que fueron los que habían
corrido por primera vez un maratón, faltó Quique que se tuvo que quedar en
Madrid con la familia, foto oficial para el recuerdo de los diferentes actos,
nos montamos en los coches y seguimos el camino de vuelta a casa, a descansar
que nos lo habíamos ganado.
Ya con esto acabo, la experiencia para todos fue positiva y
fue el resultado de muchas horas de entrenos y grandes esfuerzos durante estos
meses, quiero felicitar a todos mis compañeros de entrenamiento incluido a Tijero, Paulino y Luis que en alguna ocasión han venido con nosotros para hacer algún rodaje.
Ahora toca “relajarse un poco”, quitaremos algún día de carrera para
coger desde ahora y hasta el final del verano la bicicleta de montaña y quien
sabe, lo mismo dentro de poco tengo que crear otro blog de experiencias maratonianas…………………………………………………………………..
Nos vemos en las carreras.
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